domingo, 17 de agosto de 2014

Todo es movimiento- Heraclito

Desafortunadamente Aristóteles se convirtió en la fuente del pensamiento griego, y todavía mas desafortunadamente, el pensamiento griego se convirtió en base de la mentalidad occidental...
Heráclito no cree en las cosas, sino en los procesos. Para él, el proceso es Dios. Y si observas atentamente, verás que en el mundo no hay COSAS; todo es un proceso. En efecto, emplear la palabra "ES" es un error existencial, porque todo está en proceso de ser. No hay nada en estado de ser, ¡nada!
Cuando dices, "este es un árbol", antes de terminar la frase el árbol ya ha crecido. Por tanto, la afirmación es falsa en si misma. El árbol nunca esta estático. Por tanto, ¿Cómo puedes utilizar la palabra "es"? Siempre esta en proceso de transformarse en algo diferente. Todo está en movimiento, en crecimiento, en proceso. La vida es movimiento. Es como un río, siempre en movimiento. Heráclito dice: "No podemos bañarnos dos veces en el mismo río" porque cuando entramos en él la segunda vez, ya se ha movido. Es una corriente. ¿Podemos encontrarnos dos veces con la misma persona? ¡Imposible! Hoy no soy el que era ayer ¿Lo eres tu? Los dos ríos han cambiado. Podrás volver aquí mañana, pero no me encontrarás; habrá alguien más en mi lugar.
La vida es cambio. "Solamente el cambio es eterno", dice Heráclito, solamente el cambio nunca cambia. Todo lo demás cambia. Heráclito cree en la revolución permanente. Todo está en revolución. Así es. Ser significa transformarse. Permanecer donde estás significa moverte; no puedes permanecer quieto porque nada es estático. Ni siquiera las montañas -los Himalayas- están en estado estático. Se mueven con rapidez. Nacen y después mueren. Los Himalayas forman uno de los sistemas montañosos más jóvenes del mundo, y continúan creciendo. No han alcanzado su pico de crecimiento todavía. Continúan creciendo 30 cm por año. Hay montañas viejas que ya han alcanzado su pico de crecimiento; ahora comienzan a caer, a envejecer, con sus espaldas encorvadas.
Eddington dijo que la única palabra falsa es "reposo". Nada está en reposo porque no puede estarlo; la palabra es falsa porque no refleja realidad alguna. La palabra "es" solamente se encuentra en el lenguaje. En la vida, en la existencia, no hay "es"; todo está en proceso de ser. El propio Heráclito, cuando habla del río -y el símbolo del río está en la profundidad de su ser- dice que no podemos bañarnos dos veces en el mismo río y que, aunque lo hagamos, somos los mismos y no somos los mismos. Solo en apariencia somos los mismos; no solamente el río ha cambiado, también hemos cambiado nosotros.
Este es el mensaje más profundo de Heráclito: todo fluye y cambia, todo se mueve y no hay nada estático. Tan pronto como te aferras, dejas pasar la realidad. Aferrarse se convierte en un problema porque mientras te aferras, la realidad cambia.
Ayer me amabas; hoy estás lleno de ira. Si me aferro al ayer tendría que decirte, "Debes amarme hoy porque ayer me declaraste tu cariño y me dijiste que me amarías por siempre. ¿Qué pasó?", no hay nada que hacer. Ayer, cuando dijiste que me amarías por siempre, lo dijiste sinceramente. Tu afirmación no fue falsa, pero tampoco fue una promesa; fue sencillamente tu estado de ánimo y yo di más crédito del que debí. En ese momento sentías que me amarías por siempre, eternamente, y no fue una mentira. Fuiste fiel "al momento", a tu estado de ánimo, pero ese estado de ánimo ha desaparecido. Quien lo dijo ya no existe. Y si se fue, se fue y nada puede hacerse al respecto. No es posible forzar el amor. Sin embargo, eso es lo que hacemos, y de paso provocamos mares de tristeza. El esposo dice, "¡Ámame!". La esposa dice, "Ámame porque lo prometiste. ¿Acaso olvidaste los días de nuestros noviazgo?". Pero esos días ya pasaron. Las dos personas tampoco están. ¿Acaso es el mismo hombre de cuando tenía veinte años? Muchas cosas han pasado; mucha agua del Ganges ha corrido. Tu tampoco eres el mismo.
"supe que una noche la esposa de Mulla Nasruddin le dijo: "Ya no me amas, ya no me besas, ya no me abrazas. ¿Recuerdas cuando me cortejabas? Me mordías y yo te adoraba. ¿Podrías morderme una vez más?".
Nasruddin se levantó de la cama. "¿Adonde vas?" preguntó su esposa. 
"Al baño a buscar mi caja de dientes", replicó el.
Osho
La armonía oculta
Conversaciones sobre Heráclito.

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