sábado, 14 de septiembre de 2013

Tres Milagros

En un pequeño pueblo del interior vivía hace tiempo un sacerdote que tenía mucha fe. Pasó el verano y llegaron las LLUVIAS. En aquella región  las LLUVIAS solían ser muy abundantes y los habitantes ya sabían qué medidas tenían que tomar.  Empezó a llover  y se inundaron las calles. Viendo el sacerdote que el agua estaba a punto de entrar en la iglesia se puso a Rezar.

- Dios mío por favor, te pido un milagro, que deje de llover.
En ese momento unos gritos interrumpieron la oración del sacerdote. Eran unos hombres que habían llegado en un camión hasta la misma puerta de iglesia.
- Padre, venga con Nosotros, póngase a  salvo que el agua entrara en la iglesia.
- No gracias, yo tengo mucha fe en Dios y sé que el hará el milagro, enviará un Ángel y me salvará.
 Paso el tiempo y no dejaba de  llover sino que lo hacía con más fuerza. El agua había roto la puerta e inundaba a metro de altura de la iglesia. El sacerdote asustado se puso a rezar con  más fuerza aún.
- Dios mío, te pido sin milagro, Que deje de llover, ¡ayúdame!
Se oyó un ruido de motor y una lancha rápida entro en la iglesia. Eran otros habitantes del pueblo Que sabían que el sacerdote estaba  todavía en la iglesia.
- Padre, suba a la lancha, póngase a salvo que el agua está inundando todo el pueblo.
- No gracias, yo tengo mucha fe en Dios y se que el hará el milagro, enviará un Ángel y me salvará.
Asi  que dieron media vuelta y salieron por donde habían entrado. Siguió lloviendo y lloviendo, se inundó toda la iglesia y el sacerdote tuvo que subir al tejado para no ahogarse. Realmente  estaba muy asustado así que se puso de rodillas en medio del tejado y oró con  todas las fuerzas disponibles  que tenía.
- Dios mío por favor, te pido sin milagro, que deje de llover, ¡Sálvame!
En ese momento sin estruendo por encima del tejado de la iglesia. Era el helicóptero de la policía que venia a rescatarle.
- Padre, suba al helicóptero, el agua va a cubrir toda la iglesia, es muy peligroso.
- No gracias, yo tengo mucha fe en Dios y sé que el hará un milagro, enviará un Ángel y me salvará.
- ¡Déjese de sermones y suba al helicóptero! NO TIENE otra salida.
- Repite, que Dios hará un milagro, enviará un Ángel y me salvará.
Así  que, siguió lloviendo y el Sacerdote murió ahogado. Cuando subió al cielo estaba enojado Y pidió hablar con Dios.
- ¡Dios mío me ha abandonado! Yo  que siempre  fui tan fiel y he tenido tanta fe en ti y no tuviste  un ángel para salvarme ¿por qué?
Y Dios le contesto:
- Amado Hijo, no te envié un ángel sino tres.
Nos pasamos la vida pidiendo milagros a Dios y luego no nos damos cuenta que estamos rodeados de ángeles y oportunidades. Pero  nosotros, esperando que algo suceda sin pedirnos a nosotros mismo, lo ignoramos.
Abramos nuestras mentes y veamos una oportunidad en cada capítulo de nuestra vida.

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