lunes, 22 de abril de 2013

La conversación te lleva a donde quieras ir.


Quiebre o Problemas:
Quiebre es una palabra incorporada desde el coaching ontológico para sustituir un acontecimiento instantáneo que la gente culturalmente denomina problema. El ejemplo práctico es: vengo con mi auto y se pincha el neumático, ¿Qué digo? LPM justo ahora no puede ser, esto siempre me pasa a mi etc. Desde este comentario me estoy quedando en el problema sin visualizar la solución. Desde el coaching se declara “ quiebre” hasta retomar mi camino, como lo retomo?  por diferentes vías, cambio el neumático, llamo a la grúa, etc.
Por eso cuando en la vida se presentan situaciones que considero y quiero solucionar son quiebres y no problemas, pues si serian problemas si me detengo allí y que se solucionen solos.
Para esto surgen una serie de conversaciones prácticas para tener en cuenta:
CONVERSACIONES DE JUICIOS PERSONALES
Cuando nos enfrentamos a un quiebre, nos enfrentamos a nuestras conversaciones de juicios personales, ejemplo el del neumático, lo normal es entrar en una cadena de juicios por ello, que generalmente nos limita  a enjuiciar el quiebre, pero no nos mueve a hacernos cargo de él, y menos restaurar el camino interrumpido. Buscamos responsables para hacernos cargo.
En un segundo aspecto a observar existen tres dominios de responsabilidad:
a- a quien uno hace responsable del quiebre ¿es a uno mismo o al mundo? al azar, a la suerte etc.
b- el segundo dominio es de la inclusividad:  cada quiebre acontece a un dominio particular de la persona, por ejemplo: Unos dirán, que incompetente soy para las matemáticas versus los otros  dirán esto muestra nuevamente lo estúpido que soy.
c-el tercer dominio es de la temporalidad: Cada quiebre acontece en el tiempo y tiene consecuencias también en el tiempo. El ejemplo seria, las matemáticas siempre destruyeron mi vida versus el que dice, esta claro que nunca podre desarrollarme en matemáticas.
Podemos sostener entonces que, dime  como enjuicias tus quiebres y te diré como eres.
Los quiebres pueden ser positivos o negativos.
El dar sentido a menudo puede ser una forma de evadirnos de la acción, de tranquilizarnos o incluso de  disfrazar nuestra resignación y eliminar  la posibilidad de transformar el estado actual de las cosas.
Tenemos una capacidad infinita para contar historias  y juicios personales, podemos a culpar a la gente de todos ellos, nos convertimos en prisioneros de nuestras historias y juicios personales quedando atrapados en un círculo vicioso.
Estas personas son víctimas de su incapacidad de realizar acciones para superar los quiebres que enfrentan en la vida.
CONVERSACIONEES PARA COORDINAR ACCIONES.
Existen otras maneras de hacerse cargo de los quiebres, maneras en que las conversaciones nos llevan a actuar sobre ellos y nos permiten superarlos. La conversación que actúa directamente sobre ellos es la “conversación para coordinación de acciones”
Su objetivo es lograr que algo pase, es intervenir en el estado actual de las cosas. Si tenemos éxito normalmente podremos esperar que el quiebre sea superado.
Se logra a través de los actos lingüísticos  de pedidos ofertas  promesas y declaraciones. Una forma efectiva para atacar los quiebres es pidiendo ayuda. Saber pedir ayuda es otra competencia lingüística fundamental en la vida.
En el mundo de hoy no es posible vivir en la completa autosuficiencia. Somos dependientes los unos de los otros.
Se puede aplicar a otros ámbitos por ejemplo las empresas.
Las conversaciones tienen mucho poder para cambiar el estado de las cosas, cuando el lenguaje no utiliza en  estos términos sirve para describir y descargar lo que esta pasando y porque se produjeron los hechos.
Hay razones por las cuales no iniciamos “conversaciones para la coordinación de acciones” y se da cuando tenemos el juicio que la otra persona no está abierta a sostener esta conversación y puede que generen más juicios.
Postulamos que aun cuando no sea posible  o conveniente trabar directamente una conversación para la coordinación de acciones quedan otras opciones antes de volver a la conversación de juicios personales, opciones que nos permitirán un manejo más efectivo de nuestros quiebres y posteriormente iniciar una conversación para coordinar.
LA CONVERSACIÓN PARA POSIBLES ACCIONES.
Cuando no sabemos que acciones realizar, a esta conversación la llamamos “conversación para posibles acciones”
Esta es una conversación dirigida hacia la expansión de nuestro horizonte de posibilidades.
Es parecida a la conversación de juicios personales, aunque su comportamiento esta en cambiar el curso actual de los acontecimientos.
Lo que predomina es la necesidad de acción, transformar el estado existente de las cosas y no la de conferir sentido a ellas.
Esta es una conversación de “que Hacer” y no de Porque ocurrió esto.
Cuando no sabemos que hacer podemos acudir a explorar solo o con otras personas.
Las posibilidades son inventos que generamos en nuestras conversaciones. Construimos un espacio para la innovación y para ampliar  nuestra posibilidades.
A cada uno de nosotros les cabe la posibilidad de juzgar que acciones realizar y cuales no.
CONVERSACIONES PARA POSIBLES ACCIONES
Si la persona que deseamos coordinar no esta abierta a ella, nos queda un camino para realizar. Sin hablar del quiebre primitivo, sino del quiebre de no ser capaz de abrir o concluir la conversación que a nuestro juicio deberíamos sostener, a esto le llamamos conversación para posibles conversaciones.
También es importante observar el estado de ánimo de esta conversación, pues si no se ajusta  al tipo de conversación que deseamos sostener, encontraremos que será muy difícil llegar a conversar. Maturana dice que toda conversación es una trenza que  integra el  lenguaje y la emocionalidad. Si la emocionalidad no es adecuada, por muy adecuado que sea el lenguaje la conversación no será oportuna.
La conversación para posibles conversaciones exige colocarse desde la emocionalidad del respeto mutuo.
Si la conversación para la coordinación de acciones no surge, será el momento de iniciar conversación para posibles conversaciones.
Saber responder a estas preguntas,  saber que conversaciones son las que debemos tener en diferentes ocasiones, es el arte del diseño de conversaciones.

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